¿Cómo lidiar con alumnos problemáticos?
Cuando crees que todo tiene que ver contigo es porque piensas que eres el centro del proceso enseñanza aprendizaje y eso es peligroso.
Inicié mi carrera docente en 2012 y previo a impartir mi primera clase sostuve una reunión con un amigo con la mitad de mi edad de experiencia como catedrático universitario. Le agradecí por el tiempo que había apartado y pregunté ¿qué consejo podrías darme previo a mi primera sesión con los alumnos? Sus palabras fueron útiles y tan precisas que las tengo presentes hasta el día de hoy. Esto fue lo que me dijo:
–En muchos casos habrá un alumno, y a veces más, que podrá llegar a pensar ¡esa clase la debería estar impartiendo yo! No pierdas la atención de todo el grupo por intentar ganar la atención de un alumno.
En estos años he buscado identificar algunos patrones o conductas similares en alumnos problemáticos que quise plasmar por acá. Este artículo no busca ser una guía exhaustiva sino más bien una breve lista de algunas experiencias personales que dividiré en 4 puntos.
- Un alumno problemático no tiene nada en contra tuya.
- Un alumno problemático no solo busca llamar la atención.
- Un alumno problemático busca aliados.
- Un alumno problemático puede ser brillante.
Un alumno problemático no tiene nada en contra tuya.
Un error común es tomársela personal y llegar a pensar que todo lo que ocurre en el salón tiene que ver con el profesor. Cuídate de esto. Cuando crees que todo tiene que ver contigo es porque piensas que eres el centro del proceso enseñanza aprendizaje y eso es peligroso. Un alumno problemático no tiene nada en contra tuya, lo que tiene son problemas y no sabe cómo lidiar con ellos. Un alumno problemático regularmente es un alumno emproblemado.
Un alumno problemático no solo busca llamar la atención.
No saber cómo lidiar con los problemas es más frecuente de lo se cree. A muchas personas les es difícil entender sus propias emociones, lo cual genera confusión pues se sabe que siente algo pero no se ha encontrado la forma de saber exactamente qué es. Un símil de esto es cuando una persona tiene un antojo de “algo dulce” sabe que quiere algo que contenga azúcar pero no sabe exactamente qué. Y le dice a un colega “tengo ganas de algo dulce” lo exterioriza con el fin de que la otra persona pueda ayudarle a entender de qué se trata.
En el salón de clases es común que un alumno busque ser problemático no solo para llamar la atención de otros alumnos, sino principalmente tu atención. Cuando alguien busca llamar la atención está gritando que tiene un problema. Me ha pasado que alumnos problemáticos quieren llamar la atención porque el curso está resultando difícil, no saben cómo elaborar las tareas, ha parecido ininteligible desde la primera sesión o no es un área de su dominio, el problema no eres tú, ni el curso, el problema es la frustración y temor al fracaso pero no son conscientes de ello y buscan externalizar lo que sienten creando pleito, desorden, abusos o faltas de respeto.
Es un hecho que una persona emproblemada quiere llamar tu atención, dásela de forma medida, no lo conviertas en el foco de atención del salón. Está bien que lo involucres y a veces que pidas su opinión, pero no pierdas al grupo por complacer a uno. Si quieres dedicar tiempo al caso, hazlo fuera del salón, vayan a la cafetería a compartir un café y platiquen pero no premies su mal comportamiento convirtiéndolo en un faro en medio de la clase.
Un alumno problemático busca aliados.
No saber cómo lidiar con los problemas es un asunto serio y a la vez vergonzoso por lo que no te debería sorprender que un alumno emproblemado busque aliados para aliviar esa sensación difícil de entender y resolver. El ser humano tiene una tendencia a vincularse a grupos con el mismo problema y ese vínculo no siempre es productivo como los grupos de narcóticos o alcohólicos anónimos, hay casos en donde es todo lo contrario, llevando a un resultado nocivo, por ejemplo, las pandillas.
Existe un patrón que llama particularmente mi atención y es que los alumnos problemáticos saben que tienen un fuerte poder de convocatoria, los otros alumnos les obedecen, ya sea por admiración o miedo, pero atienden a sus solicitudes. El ser humano tiene una inclinación hacia seguir lo malo, muchas veces no lo practica por coerción pero eso no descarta que la inclinación está allí reprimida y el líder problemático capitaliza ese deseo de romper las reglas.
Evita ser presa de la ilusión que un alumno problemático puede convertirse en tu aliado o auxiliar de cátedra, no descarto que pueda pasar, he sido testigo de ello y lo he vivido contadas veces, pero es la excepción no la regla. Los alumnos problemáticos pueden aceptar una auxiliatura no para apoyarte sino para afectar desde adentro. Es incorrecto asignar tareas importantes por condescendencia, antepone siempre la meritocracia.
Un alumno problemático puede ser brillante.
Existen casos en que los problemas no tienen nada que ver con lo académico sino con asuntos personales que repercuten en su comportamiento pero no así en su desempeño en clase, de esto he escrito antes, acá te dejo el enlace del contenido previo “dando clases personas cargadas”.
He estado frente a casos de alumnos problemáticos con un desempeño académico notable. Actúa de forma madura no fabriques una vendetta intentando castigar con una mala calificación a un alumno emproblemado. Es posible que esta persona dificulte tu tarea de enseñar con sus insolencias y a la vez sea un excelente alumno. Separa una cosa de la otra, en tu cuadro de calificaciones ten una casilla relacionada a comportamiento en clase que cubra el 10% de la nota final, que a través de este apartado sea otro método en donde le comuniques que su comportamiento no es el adecuado.
He experimentado varias veces que un alumno problemático tiene las mejores calificaciones de la clase. Cuando un alumno ve que respondes de manera justa en el cuadro de calificaciones y que sabes gestionar lo académico y lo conductual, la intensidad de su mal comportamiento tiende a la baja.