¿Jesús fue de izquierda o de derecha?
Los cristianos, en cuanto a nuestro pensamiento político, podemos ser presa del efecto del péndulo. Consiste en pasar de los extremos o mantenernos en uno de estos, llegando a pensar que toda la política mundial cabe en dos términos; izquierda o derecha.
La izquierda suele defender una mayor intervención del Estado en la economía y en la vida social para lograr una mayor igualdad entre los ciudadanos, proteger los derechos laborales, garantizar una seguridad social adecuada, promover políticas redistributivas y proteger el medio ambiente.
Por otro lado, la derecha tiende a defender una menor intervención del Estado en la economía y en la vida social, promover la libre empresa, la propiedad privada y la reducción de impuestos, así como defender los valores tradicionales y la seguridad nacional.
Estas descripciones son generales pues la realidad política es más compleja. Es importante señalar que hay corrientes que se ubican en un espectro intermedio, con cierta inclinación hacia alguno de los lados, o que tienen visiones distintas sobre el papel del gobierno en la economía, los derechos individuales, la igualdad social y otros temas relevantes.
La globalización ha permitido que se tenga acceso a una cantidad inimaginable de información y lo político no es la excepción. Sin embargo, internet es tierra de nadie, lo cual significa que toda persona valiéndose del derecho de libertad de expresión puede manifestar sus ideas, y algunas de estas pueden ser extremas. Resulta común cómo en los títulos y las miniaturas de los videos aparecen frases como: “tal personaje, humilla a chairo desinformado” o “activista de izquierda aplasta a facho orgulloso.”
En la jerga de internet se habla del “clickbait” que consiste en usar un titular sensacionalista, ofrecer soluciones fáciles con pasos sencillos o utilizar declaraciones fuera de contexto, con el fin de que el usuario dé clic al video. Un especie de anzuelo para pescar la atención del internauta. Estos videos no solo son engañosos desde la forma en la que se busca la reproducción del material sino que refuerzan los extremos, el pensamiento reduccionista de que toda la izquierda o la derecha es igual y que si eres de izquierda debes oponerte acérrimamente a la derecha y viceversa. En medio de esta turbulencia mediática puede surgir una duda legítima ¿Jesús fue de izquierda o de derecha?
Jesús fue de izquierda.
Los partidarios de la izquierda podrán contestar que Jesús era claramente de izquierda pues veló por el cuidado de los pobres y de los marginados. Peleó por los inmigrantes. Jesús nació, creció y murió en pobreza. Renunció a una vida ostentosa. José, su papá era un carpintero, similar a los proletarios de hoy. Fue un revolucionario de su época y su actitud hacia los necesitados apunta a revoluciones actuales en contra del status quo, político y económico. Pese a que se opuso a la dictadura militar, Jesús no descalificó el papel del Estado pues respetó la posición del Imperio Romano cuando le preguntaron si había que pagar impuestos. No predicó de cómo pagar menos impuestos, sino de pagar los impuestos al César.
Jesús fue un sedicioso de acuerdo a sus opositores, los fariseos y los saduceos, dos grupos religiosos con fuerte poder e influencia política que conspiraron para asesinarlo. Sobornando a uno de los discípulos con treinta piezas de plata, el mismo pago en el Antiguo Testamento por un esclavo.
Jesús fue de derecha.
Las personas de derecha dirán, Jesús era de derecha. José no era proletario, él fue un emprendedor, tenía su propio negocio, que si bien era pequeño, al mismo tiempo le daba autonomía. Jesús volteó las mesas en el templo porque cuidó la ortodoxia de la adoración. Despejó la casa de oración de los vendedores. Ellos podían comprar y vender pero afuera, respetando la casa de Dios, la propiedad privada de Jehová. Jesús era de derecha, no pedía ofrendas por predicar pero está claro que habían personas con posibilidades económicas que apoyaron su ministerio, por ejemplo, tenía un tesorero entre sus discípulos, participó de banquetes y fue sepultado en la tumba de un hombre rico.
¿Jesús fue de izquierda o de derecha?
Jesús no fue de izquierda ni de derecha, los conceptos como los conocemos hoy surgen durante la revolución francesa alrededor de 1789, por lo que la intentar hacer que ideologías políticas actuales calcen con el pensamiento y ministerio de Jesús es improcedente. Insistir en lo anterior es un error pues daría lugar a malas interpretaciones bíblicas, en la teología se le conoce como eiségesis, que de manera resumida, significa que un lector agrega sus opiniones personales a la interpretación del texto por encima de lo que el texto en su contexto está diciendo.
Cristo no es exclusivo
Hay y habrá cristianos de ambos espectros políticos y el problema no es la política pues en ambos lados hay verdad. No verdad aislada sino verdad que apunta a la máxima verdad, Jesucristo. Justino Mártir, el apologista griego del siglo II, le llama semillas de la razón: “Porque todos los escritores pudieron ver por la semilla de la razón, íntimamente inherente a los mismos, la verdad, pero con alguna oscuridad.”
Tanto la izquierda como la derecha tienen políticas que apuntan a la verdad. Al ser sistemas concebidos por hombres, son sistemas falibles, sujetos a una revisión, pero no una revisión política, sino una revisión a luz de las Escrituras. Porque debe ser la norma de fe la que informe cómo hacer la política, no la política la que informe cómo hacer norma de fe.
Es razonable que los cristianos tengan preferencias políticas y económicas, son muchos los factores que pueden influir para inclinar la balanza hacia una lado en particular. Pero encima de eso, debe prevalecer la Palabra de Dios, llegando a los tuétanos, (Heb 4:12) informando a ambos lados, sacándolos de la confrontación y los extremos. Porque no importa qué tan distantes están los extremos, no lo serán tanto para que Dios no pueda alcanzarlos con su gracia. (Sal 103:12)
Jesús tuvo como discípulos a Mateo, un burócrata, recaudador de impuestos para las romanos (Luc 5:27) y por otro lado a Simón, un zelote, según algunos académicos, fue miembro del grupo revolucionario, político-nacionalista que buscaba derrocar a los romanos (Luc 6:15). Jesús reconcilia lo irreconciliable, nos reconcilia con el padre trazando un camino que es Él mismo (2a Co 5:18). Nos hizo ministros de reconciliación. En el grupo de los doce estaban pescadores, artesanos, un zelote y un publicano.
Cristo no es exclusivo de una etnia, de una denominación, mucho menos de un partido o posición política, la multiforme gracia de Dios (1a Pe 4:10) es capaz de hacer de todos uno . Un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. (Ef 4:5-6)
La iglesia se enfrenta a grandes retos en cuanto al progresismo y su agenda de igualdad de género, el matrimonio igualitario, el aborto, la eutansia, el transhumanismo, la legalización de las drogas y la disolución de fronteras. Debemos unirnos en las doctrinas primarias para presentar defensa del Evangelio contra agendas que intentan socavar la verdad de Dios.
Los cristianos podemos diferir en cuanto a quién se sienta en la silla presidencial, pero no en cuanto a quién está sentado en el trono Eterno. La cosmovisión cristiana no es blanco y negro, tiene matices pero todos los tonos apuntan a la luz admirable. Seamos de izquierda, centro, derecha o apáticos a la política, debemos oponernos a la corrupción, las dictaduras, las injusticias y el abuso de los más vulnerables, no importando de qué lado del espectro surjan. Nuestra defensa es hacia la verdad del Evangelio, no hacia un candidato, político, partido o ideología en particular. Nuestra lealtad debe ser exclusiva al Rey de reyes.
Pongan su mirada en las cosas de arriba.
Pablo, el apóstol, escribe en su carta a la iglesia de Colosas lo siguiente: “Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria.” (Col 3:1-4)
Los colosenses estaban confundidos en cuanto a quién era Jesús, los falsos maestros de la época le ponían su propia cuota de judaísmo, gnosticismo o paganismo, según a quién se escuchara. Pablo invita a los creyentes a poner su mirada no en lo que ofrecen los extremos o las ideologías de la época, sino en lo que proviene de arriba, en quién vino, volvió y regresará de arriba.
El texto aplica a nosotros en poner nuestra mirada no en quien está sentado en el hemiciclo, la asamblea, congreso o palacio ejecutivo, sino en quien está sentado a la diestra de Dios, en el lugar de máximo honor. Cristo volverá y no importa quién esté gobernando, toda lengua declarará que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre (Fil 2:9-11). El rey justo volverá y allí descansa nuestra esperanza.