Hay buenas organizaciones con líderes tóxicos y buenos liderazgos en organizaciones tóxicas.
El liderazgo tiene muchas interpretaciones, estilos, formas de implementar, maneras de estudiar y así un largo listado, puede ser muchas cosas, pero algo sencillo, definitivamente no es. En décadas recientes ha habido una especial atención al tema del liderazgo y no solo en el lado académico sino también en la práctica organizacional.
Las organizaciones, con o sin fines de lucro, están invirtiendo tiempo y dinero en impulsar el liderazgo y líderes dentro de estas, porque se sabe que el buen liderazgo conduce al desarrollo y crecimiento.
Conozco de cerca casos de personas que les gusta la empresa u organización a la que pertenecen pero este sentimiento no es par con el líder a cargo y es un tema que vale la pena analizar. Existen personas que están satisfechas con el trabajo que desarrollan, el clima organizacional, el equipo y lugar de trabajo, el salario, etc, pero no así con el jefe a cargo, y esto puede resultar tan nocivo que una persona que calza a la medida en un puesto de trabajo decida dejarlo porque simplemente no le es posible convivir con un jefe tóxico.
Y esto no aplica únicamente con trabajos en relación de dependencia, sino también al momento de trabajar prestando servicios, escribí un artículo relacionado qué titulé ¿qué hacer con los clientes difíciles? Pues hay empresas, marcas u organizaciones con las cuales puede que te encante trabajar pero las personas a cargo simplemente hacen que la relación sea complicada hasta el grado que es mejor (y más saludable) dejar ir al cliente.
La toxicidad fluye en varias vías
Por el contrario, así como hay personas a cargo, jefes y líderes tóxicos, asimismo hay empresas tóxicas con excelentes líderes y estas personas hacen que el lío que representa formar parte de la empresa, o atenderla en el caso de prestación de servicios, sea algo mucho más liviano. El buen liderazgo contribuye en una cuota considerable a que las personas no abandonen las organizaciones tóxicas ¿por qué pasa esto? por un elemento clave del liderazgo y es que un buen liderazgo produce lealtad aún en condiciones difíciles.
Por lo tanto no es regla que en las buenas organizaciones todo el liderazgo sea así y por el otro lado, que en una organización tóxica todo el liderazgo emane toxicidad, porque la vida no es blanco y negro, sino un conjunto de matices multitonales. Hay buenas organizaciones con líderes tóxicos y buenos liderazgos en organizaciones tóxicas.
Malos líderes y líderes malos
No es lo mismo uno para todos que todos para uno, igualmente, no es lo mismo un mal líder que un líder malo. Un mal líder puede ser una persona que ocupa un cargo pero por diferentes razones, inexperiencia, falta de conocimiento, personalidad, recursos muy limitados, etc, no lidera de manera eficaz. ¿El líder nace o se hace? Yo no me inclino por una u otra, sino más bien por las dos opciones. Hay personas que son el perfil adecuado para dirigir a un equipo de trabajo pero que requieren de un apropiado desarrollo de liderazgo para hacerlo de manera óptima, es decir, el líder se hace. En este caso se debe trabajar para identificar y corregir los puntos de oportunidad.
Por otro lado, un líder malo es una persona que ocupa un lugar de autoridad y abusa del poder conferido para fines personales o bien para lograr resultados de negocio, usando al equipo para sobresalir en el logro de metas y objetivos, desviándose de otros elementos igual de importantes al dirigir que son generar bienestar y emancipación que trae como resultado nuevos liderazgos.