Las noticias cuentan los sucesos ocurridos en lugares en donde no estuvimos.
Contar historias es una de las prácticas más antiguas de la humanidad, de hecho, gran parte del conocimiento adquirido de diferentes civilizaciones al rededor del globo, se ha mantenido vigente gracias a el traslado de información a través de historias. La tradición oral ha sido fundamental para sostener doctrinas, escuelas de pensamiento e incluso, la cultura.
Si vamos a los de los medios de comunicación masivos, encontraremos que están alimentados por el Storytelling, las noticias cuentan los sucesos ocurridos en lugares en donde no estuvimos, los programas de televisión cuentan historias de acción, suspenso, romance y de risa.
La publicidad también ha hecho uso de este recurso durante décadas, muchos de los anuncios a los que nos vemos expuestos, no son más que magníficas históricas contadas en cápsulas que van desde los 10 a las 90 segundos. El Storytelling no sólo se da a nivel verbal, sino también de forma gráfica, los comics son un buen referente de esto.
Hoy, las marcas han comprendido que el consumidor no desea obtener un producto o un servicio únicamente, sino que desea construir una historia con el mismo, contarla a manera de testimonio y que esta se convierta en una experiencia de corte vivencial.
¿Cómo cuento una historia?
Una historia es un suceso real o imaginario que permite a los interlocutores compartir información que puede dejar una lección o invitar a la reflexión. El objetivo primordial es despertar una reacción emocional. Toda historia cuenta con tres partes básicas; inicio y/o presentación del argumento, nudo y desenlace.
El argumento debe ser sencillo y entendible, buscando no divagar para evitar confusiones, debe presentar la situación de forma clara para que el lector o escucha pueda ir descifrando poco a poco el rumbo que puede o tomará. El nudo es el clímax de la historia, un punto en donde converge el inicio y el desenlace, se trata de un hincapié de tensión en donde el argumento empieza a mostrar indicios de cómo acabará la historia.
Por último, el desenlace es el final del suceso, este debe tener una mezcla entre lo previsible y lo imprevisible, debe atar los cabos sueltos pero al mismo tiempo, dejar a la imaginación algunos detalles que permitan al interlocutor quedarse pensando en la historia para que esta trascienda.
Cabe señalar que a nivel gráfico la triada compuesta por el inicio, nudo y desenlace pueden estar implícitas en una o varias imágenes que ni siquiera necesiten de textos de refuerzo para comunicar el mensaje asertivamente.