Si estás indeciso respecto a dejar ir a un cliente difícil por miedo a perder ese ingreso, déjame decirte que perderás más que solo dinero.
Antes de entrar de lleno a responder a la pregunta, considero relevante aclarar que no es lo mismo un cliente exigente que un cliente difícil y las diferencias pueden ser varias de acuerdo a cada profesión, estas son mis impresiones en la industria publicitaria:
Clientes exigentes | Clientes difíciles |
Es difícil complacerlos pues requieren un grado de innovación y creatividad alto en cada trabajo. | Por mucho que te esfuerces nada logra agradarlos. |
No es fácil venderles una idea, pero si eres hábil, determinado y persistente, verás los resultados. | Ninguna idea vale, se comportan de manera intransigente en cuanto a sugerencias y opiniones, únicamente su palabra pesa. |
Te piden exclusividad pero están dispuestos a pagar por ello. | Te piden exclusividad y creen que te hacen un favor al trabajar con ellos. |
En las horas contratadas te sacan el jugo, hacen que cada minuto se aproveche. | Son posesivos, desean que estés disponible siempre. |
Realizan muchos requerimientos pero son conscientes de que la fuerte demanda genera honorarios. | Realizan muchos requerimientos pero no desean pagar lo que es acorde a las solicitudes. |
Con el tiempo y perseverancia vas ganando su confianza y respeto con base en resultados probados. | Con el tiempo la relación se va volviendo algo más difícil de manejar, dándose una ambiente tóxico. |
A los clientes difíciles hay que darle las gracias
Sin más ¿qué hacer con los clientes difíciles? dejarlos ir. Ignoro si en otros países la palabra dar las gracias tiene el mismo significado irónico que se le asigna en Guatemala. Acá cuando quieres despedir a alguien o finalizar una relación se suele decir “hay que darle las gracias”.
Tras haber asegurado que se trata de un cliente difícil en lugar de uno exigente, es importante no desgastar más la relación y finalizar por las buenas, en lugar de llegar al punto de faltas de respeto o por qué no decirlo litigios. No te tardes mucho en tomar la decisión porque cada semana acumula más problemas, a continuación te doy tres motivos por qué es radical no extender la relación comercial.
Los clientes difíciles quitan la atención al resto de clientes
Ten presente que son posesivos y pueden llegar a manipularte en que no les dedicas suficiente tiempo o atención, aún cuando tengas todos los frentes cubiertos y el trabajo bien hecho. Si das lugar a esto, poco a poco le irás quitando tiempo a otros clientes y eso puede ser la debacle, dando lugar a que pierdas clientes buenos por seguirle la corriente a un cliente difícil.
Los clientes difíciles afectan el ambiente de trabajo
Un ambiente de trabajo se alimenta de varios factores, se requiere de un artículo dedicado para cubrir el tema como se merece, sin embargo, puedo traer a la mesa dos elementos, el liderazgo y los clientes. Un buen liderazgo con malos clientes afectará en el ambiente de trabajo y buenos clientes con un mal liderazgo también. Ni pensar en malos clientes y mal liderazgo. Hay que salir corriendo de allí cuanto antes.
Los clientes difíciles con su exceso de solicitudes, poca apertura a sugerencias y que nada les complace son una bomba molotov al centro de la motivación de un equipo de trabajo y esto se verá reflejado en la productividad global, repercutiendo con otros clientes.
Los clientes difíciles carcomen el propósito del trabajo
El propósito del trabajo en términos simples es ofrecer soluciones a problemas, generar un margen saludable de ganancia a través de ese intercambio y procurar el desarrollo personal y organizacional como producto de todo.
Los clientes difíciles al no dejarse asesorar no te permiten brindar una solución al problema, tienden a repetir un patrón ventajoso, pues quieren obtener siempre más y pagar cada vez menos. Alguien a quien no le permiten trabajar y está mal pagado, es decir que su salario emocional y su salario económico son bajos, no sentirá que se está desarrollando y esto es fatídico para cualquier organización.
En conclusión
En latinoamérica aún está mal visto que un proveedor de servicios decida suspender la relación comercial, parece que la cuerda sólo puede reventarse de un lado y es del lado de quien contrata el servicio. Terminar una relación se toma como falta de carácter o poca resiliencia, pero no se debe mezclar una cosa con la otra, por ello quise iniciar este artículo con algunas diferencias entre clientes exigentes y difíciles. Con los clientes exigentes debes inyectar más energía a la gestión, ser creativo y dar el cien, y verás los frutos de lo anterior, con los clientes difíciles todo esfuerzo es en vano.
Si desde que estás en un proceso de cotización logras ver que se trata de un cliente difícil, desiste, te ahorrarás muchos problemas y sin sabores. Algo que es importante tener en mente es que no estás obligado a trabajar con alguien que no quieres. Si estás indeciso respecto a dejar ir a un cliente difícil por miedo a perder ese ingreso, déjame decirte que perderás más que solo dinero, mejor invierte esa energía en mejorar tu estrategia de ventas para atraer a más clientes en donde puedas desarrollar relaciones favorables en las que ambas partes ganan.